Sentirte cerca, saberte ausente, extrañarte tanto no alcanza para que estés aquí.
Saber que existes aunque más no sea en los recuerdos de mi mente me indican que al final, inevitablemente, nos volveremos a reunir.

Las sienes latentes no indican que el corazón galope, sólo indican un latido como maquinaria vieja, sin seguir el ritmo para sentirse vivo.

De todo lo vivido, de todo lo experimentado, lo bueno y lo malo, de tanto en tanto me pregunto... ¿será amor lo que ha pasado?.


De saberte aquí presente en tu cuerpo espiritual, de sufrir mi irracional impaciencia, que burla tu estado incondicional el que apacigua mis locuras.


De sostenerme las manos y las sienes aquel día de dolor sin mesura, ahuyentando los fantasmas agobiantes que rompen mi calma, de saber que estás aquí, de tanto en tanto me contesto... Sí, es amor lo que ha pasado.

Sin palabras, sin soberbia, con temores, sin certezas ni arrogancia.

Con toda tu inocencia que alimenta el alma, con lo frágil que me sienta tu pequeña inmensidad...

Pequeño, pequeño, te estoy esperando para quererte tanto.

Pequeño, pequeño, quiero acudir a tu llanto.

Pequeño, pequeño, te estoy esperando... Mamá

Ma, cuando tenia miedo y venias, cuando tenia hambre y me dabas de tu comida;

Ma, cuando estaba sola y deprimida me hacías reír de mis caídas, siempre,para que siga...

Ma, hoy no te tengo todos los días porque algunos dicen que estas dormida.

Ma, no les hago caso se que estas igual como en aquel día de mi primer paso, como en aquel día que nació mi hija.

Ma, se que estas igual, que no estas dormida, que sigues velando por tus cuatro risas, que sos mi alegría aunque no te vea, que no estas dormida.