23 agosto 2012

Allí nos vemos


Conocer el perfil de una persona por la web ha sido mucho más que leer sus escritos.
Dicen que la curiosidad mató al gato, no en todos los casos, me intriga verles sus caras, saber cómo son sus gestos, sus modales y criterios de la vida. Han sido pocos meses compartidos por un tema en común como lo es la escritura, lo que ha llamado mi atención además de sus virtudes es el costado cálido y humano de las personas.
En este mundo hay muchas almas que brillan y a través de este medio pude ver muchas más luces de las que suelo tener alrededor, a metros de distancia, siendo así que las distancias de la gente que me mostro su luz es mucho más, no ha sido de mayor importancia porque han podido iluminarme de todas formas.
Uno nunca sabe realmente que puede encontrar del otro lado, pero aquí encontré a más de uno que brindo lo mejor de sí y en el mejor de los casos hasta hice una amistad con una persona encantadora que la siento tan cercana a pesar de las distancias, repito, eso no fue impedimento para conocernos y contarnos nuestra vida cotidiana, nuestras penas y alegrías y darnos apoyo mutuo si alguna de las dos no la está pasando del todo bien.
Aquí no hay edades, ni colores, ni prejuicios por llevar puesto lo que va a la moda, no hay religión, profesión, política o partido. Aquí note que me puedo relacionar mejor con personas de muchos más años que yo, sin ofender, pero soy  algo joven y tengo mucho respeto por cualquier mayor, como me han dicho mis padres, el mayor es el sabio, el que ya ha vivido más y se le debe respeto.
Prometer que lleguemos a encontrarnos es difícil y hasta un pensamiento vago, pero uno nunca sabe dónde el camino termina y a donde la vida te va llevando.
Por ahora abro el ordenador (computadora) como quien abre un libro virtual y nos vamos encontrando. Y allí nos vemos amigos, esperando que sus luces me den lumbre para seguir mi recorrido…

19 agosto 2012

A destiempo


Caer en la sencillez de tu razonamiento, que no razona más que con el corazón.

La briza que me da un suspiro y no es el viento, me invita a vivir una ilusión.

Aromas que me amarran a la piel que decora tu alma y este inútil pensamiento de preguntarme:

¿dónde estabas?  ¿Por qué te veo ahora? Que la piel que me

decora me quiere abandonar en horas tan tempranas.

Ni la briza la ilusionan, ni el aroma de tu piel la amarra… ya no alcanzan.



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