Todo se pintaba de colores,
hasta el día más negro y
no tenia certeza de nada.
Tampoco quería saber,
esto no me preocupaba.
Seguridad que me inspiraba
la tibia sensación
de un abrazo
con los ojos
y el cuerpo se dejaba.
Un susurro en mi interior,
la expresión de la sonrisa
dibujada que llevaba.
No me detenía a pensar,
porque de pensar no se trataba.
Hasta llegue a desplegar mis
brazos suavemente como alas.
Y luego llego ese día,
en que el amor no se aguantaba
y me
dijo su secreto…
… hoy estas enamorada.