19 febrero 2012

Eterna

Estas intacta, como en esos días de gloria que eran rutina para una mujer sin pasado ni historia.

Tu mirada resplandece como el sol, aun cuando tus ojos se asemejan más a los atardeceres, donde los amaneceres ya pasaron y no dominan.

Tu coraje está aquietado pero no tu valor por la vida, tu pasión se muestra esquiva pero no tu amor por la vida.

Estas intacta mujer, tu inocencia se ha escapado pero la piedad predomina, tu esencia se ha instalado más allá de los tiempos y los climas.

Tu cuerpo no es el mismo, las sienes blanquecinas, los huesos ya cansados, después de tantas tormentas que has librado.

Pero aun así te ves hermosa mujer, imponente, sabia y valiente. Los años han pasado pero no para tu alma que aun brilla.

1 comentarios:

Maria De Los Ángeles dijo...

Muy hermoso Karina tu relato, sobre todo los dos últimos renglones.

Un beso

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