Conocer el perfil de una persona por la web ha sido mucho más
que leer sus escritos.
Dicen que la curiosidad mató al gato, no en todos los casos,
me intriga verles sus caras, saber cómo son sus gestos, sus modales y criterios
de la vida. Han sido pocos meses compartidos por un tema en común como lo es la
escritura, lo que ha llamado mi atención además de sus virtudes es el costado cálido
y humano de las personas.
En este mundo hay muchas almas que brillan y a través de
este medio pude ver muchas más luces de las que suelo tener alrededor, a metros
de distancia, siendo así que las distancias de la gente que me mostro su luz es
mucho más, no ha sido de mayor importancia porque han podido iluminarme de
todas formas.
Uno nunca sabe realmente que puede encontrar del otro lado,
pero aquí encontré a más de uno que brindo lo mejor de sí y en el mejor de los
casos hasta hice una amistad con una persona encantadora que la siento tan
cercana a pesar de las distancias, repito, eso no fue impedimento para
conocernos y contarnos nuestra vida cotidiana, nuestras penas y alegrías y
darnos apoyo mutuo si alguna de las dos no la está pasando del todo bien.
Aquí no hay edades, ni colores, ni prejuicios por llevar
puesto lo que va a la moda, no hay religión, profesión, política o partido. Aquí
note que me puedo relacionar mejor con personas de muchos más años que yo, sin
ofender, pero soy algo joven y tengo
mucho respeto por cualquier mayor, como me han dicho mis padres, el mayor es el
sabio, el que ya ha vivido más y se le debe respeto.
Prometer que lleguemos a encontrarnos es difícil y hasta un
pensamiento vago, pero uno nunca sabe dónde el camino termina y a donde la vida
te va llevando.
Por ahora abro el ordenador (computadora) como quien abre un
libro virtual y nos vamos encontrando. Y allí nos vemos amigos, esperando que
sus luces me den lumbre para seguir mi recorrido…